Hoy os traigo algo más especial al blog, más informal, es una reseña de productos Lush, marca a la que le tenía el ojo echado desde que supe de su existencia (recientemente, para los que no lo sepan vivo debajo de una piedra, no me entero nunca de nada).
Primero quería deciros cómo es la marca, que es lo que más me gusta y no me gusta a la vez. Lush es una marca de Reino Unido, concretamente Poole, que surgió en 1995. Es una marca en la que absolutamente todo es ecológico y natural, cosa que me gusta, y es 100% vegetariano, cosa que está bien.
No sé hasta qué punto todo esto será cierto, puesto que me es difícil creer que una marca que está en más de una treintena de países siempre a tope y que gana 282.5 millones de LIBRAS al año pueda obtener todos su recursos completamente naturales (mucho más caros) para satisfacer a su enorme clientela. Pero bueno, voy a dar el beneficio de la duda, porque después de todo sus productos sí tienen bastantes componentes naturales, es evidente, y porque me gustan.
Lo que no me gusta de Lush es su actitud. En su último catálogo, que cogí cuando estuve en la tienda, hablan con horror de cómo una chica les preguntó que si la globalización había influído en la empresa, y responden diciendo que su empresa no contribuye a la globalización, al contrario, la contrarresta, no como el resto de marcas de su industria, ¿enserio, vas a usar el "demasiado comercial"? Me parece bien que sea una marca ecológica, es por la razón por la que yo he comprado allí, pero por favor, hablas como si los productos químicos sólo sirviesen como arma de destrucción masiva, y las empresas de belleza fuesen el anticristo.
